¿Sabes la importancia de comprar productos frescos para mantener la calidad de tus productos?

Me imagino que a la hora de preparar tu receta favorita, buscas siempre tener bajo control todos aquellos detalles que puedan influir en la calidad final del sabor de ese plato que tanto te hace sentir orgulloso. Si bien como muchos dicen “todo entra por los ojos”, no sólo es importante tener en cuenta la estética del plato que sirves, sino también; es necesario prestar atención a la calidad de los ingredientes que utilizas. En este post, queremos explicarte los beneficios de utilizar productos frescos y cómo el comenzar a aplicarlos en tu receta, impacta mucho más allá (más de lo que tu crees) de su aplicación en tu plato estrella. 

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Los alimentos frescos son aquellos que, por sus características orgánicas, se conservan aptos para su comercialización, únicamente durante un plazo que no supera los 30 días. Esto se debe a que son productos por lo general obtenidos de la tierra,  que tienden a deteriorarse muy rápidamente y deben consumirse tan pronto como se hayan comprado. De lo contrario, perderán todas sus propiedades y acabarán por perderse. 

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Poseen una mayor calidad

Los productos frescos cuentan con unas características organolépticas superiores a las de aquellos que han sido tratados o procesados. Es decir, conservan su sabor, olor y color mucho mejor. Por tanto, son captados de forma más intensa por nuestros sentidos. Algo que influye notablemente en la calidad que poseen. Además, al no poseer ningún tipo de químico conservante o colorante, los hacen súper saludables. 

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Nos aportan un mayor número de nutrientes

Consumir alimentos de temporada hace que podamos aprovechar mucho más los nutrientes que nos aportan.Las características nutricionales de un alimento son mejores cuando se consume dentro de su temporada, ya que sus proteínas, vitaminas y minerales permanecen inalterados. 

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Ayudan a cuidar el Medio Ambiente

Muchos productos frescos son considerados productos “de kilómetro 0”, es decir, no han tenido que ser trasladados a través de grandes distancias desde su lugar de origen para llegar hasta nuestros hogares.

Esto contribuye, no solo a que guarden mejor su calidad y precio, sino también a que se reduzca el impacto ambiental y las emisiones de CO₂ que conlleva su transporte, almacenaje y conservación.

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Están libres de químicos

Cómo decíamos anteriormente La mayoría de productos procesados han sido tratados con químicos. Los aditivos o conservantes que permiten posponer su fecha de caducidad, otros como colorantes que alteran el estado original del producto; sales, azúcares en demasía y demás. Estas sustancias, a largo plazo, pueden poner en riesgo nuestra salud si optamos por consumir habitualmente, productos que los posean en elevada magnitud.

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Fomentan el desarrollo local

Muchos de estos alimentos suelen tener como origen producciones cercanas y locales. Comprando en tu verdulería/ frutería de confianza o a tu vecino horticultor; en lugar de acudir a grandes empresas distribuidoras, lograremos que estos alimentos se vendan a un precio mucho más competitivo. Ganaremos en salud y ahorro a partes iguales.

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